sábado

Argentina

La crisis como respuesta

Ya se dijo lo suficiente acerca de cómo los gobiernos siempre son los causantes de todas las crisis económicas[1]. Básicamente, el proceso de las crisis económicas se puede describir de acuerdo al siguiente esquema:
1.       El gobierno ataca a la sociedad civil mediante regulaciones económicas.
2.       La sociedad civil responde el ataque defendiéndose contra 1.
3.       La combinación de 1 y 2 agrava la crisis, hasta un punto en donde 2 triunfa, no sin antes haber sufrido terribles pérdidas, es decir, a un costo muy alto, tan alto como la gravedad de la crisis suponga.
En cuanto al punto 1 hemos aludido al efecto de lo que en economía llamamos intervencionismo, de manera tal que, poco cuenta -a los fines económicos- que dicha intervención gubernamental haya sido con las más loable de las intenciones. La economía demuestra en forma inexorable[2] que los resultados de toda intervención gubernamental en el entramado económico de la sociedad civil, siempre produce –idénticamente- los mismos resultados, consecuencias que -también en la nomenclatura económica- se resumen con la misma palabra : crisis.
Como dijimos antes, sobre el punto 1 ya se explicó lo suficiente y hay sobrada bibliografía que lo ilustra. Aquí vamos a suponer que el lector conoce el contenido de esa bibliografía y nos vamos a abocar a analizar sucintamente los puntos subsiguientes (2 y 3) con especial énfasis en el punto 2, contestando a la pregunta ¿de qué modo la sociedad civil responde a dicho ataque y se defiende contra 1?
Las crisis económicas se manifiestan a través de muchísimos efectos en la sociedad civil que, a su vez, podemos englobar en dos grandes grupos: efectos principales y secundarios. Uno de tales resultados demostrativos del estado de crisis económica es la inflación, fenómeno económico este que se ha definido de muchas maneras diversas, por muchos autores, pero que, a nuestros efectos podemos –en un lenguaje llano- decir que se traduce en un enriquecimiento del gobierno cuando este tiene el monopolio de la emisión de moneda. Simplemente, para obtener mayores riquezas fabrica (emite, en economía) el dinero que necesita para sufragar sus gastos que reciben el nombre de gastos públicos. Este enriquecimiento del gobierno, mediante la emisión ocasiona un congruo empobrecimiento de quienes reciben -más tarde- el dinero envilecido, ya que la mayor masa monetaria, al depreciar el dinero, causa que los precios de los bienes y servicios sean mayores, lo que a su turno, implica que la sociedad civil se empobrece, a causa de la sociedad política.
Cuando la gente ve que esto sucede, su primer reacción es defenderse tratándose de desprender, lo más pronto posible, del dinero depreciado, para lo cual recurre a dos vías de escape: la primer tendencia es a comprar bienes y servicios, antes de que sus precios aumenten más, y la segunda es refugiarse en otra moneda de valor más estable, lo que en la jerga económica se conoce como inversión en moneda fuerte. Lo que determina cual de las dos salidas es la que elegirá la gente depende del estado general de la economía al momento de producirse el impacto inflacionario. En un contexto como el argentino actual, bajo el gobierno Kirchner, la producción de bienes y servicios ha sido prácticamente destruida, mediante sendos ataques a la misma producción e inversión, lo que ocasiona que el stock de bienes y servicios a disposición de la gente sea muchísimo menor, mes a mes, semana a semana, y en menor grado, día a día. Este último fenómeno hace que sea inviable a la gente refugiarse en bienes tangibles, cuyos precios se han disparado por un doble efecto: primero por la reducción de los stocks y segundo por el impacto inflacionario, lo que multiplica sus precios y hace prácticamente imposible a la gente consumir, siquiera en los bienes más elementales.
Esto hace que la gente recurra al segundo camino para escapar de la inflación: la compra de divisas, en el caso argentino, la divisa fuerte fue y es el dólar. A su turno, los que tienen posibilidades para ello, refuerzan los mecanismos de seguridad de su patrimonio, invirtiendo los dólares adquiridos en empresas o instituciones bancarias del exterior. Esta salida masiva de divisas, claramente observable en el caso argentino, debería hacer -siguiendo la ley de la oferta y la demanda (utilidad marginal mediante)- que los precios bajaran. Sin embargo, este efecto no se observa, lo que da a las claras señales de lo que se conoce como estanflación (del inglés stagflation) que en líneas generales resulta de la combinación de dos fenómenos macroeconómicos: estancamiento por un lado e inflación por el otro, pero esta vez mezclados. El estancamiento se puede resumir como la paralización de la actividad productiva y del comercio, ya que el segundo depende de la primera, ello hace que la demanda tienda a crecer hacia el infinito, se liquidan las pocas existencias disponibles, los precios ascienden astronómicamente, todo lo cual, sumados a otros factores económicos -que serian sumamente extensos desarrollar aquí- hace que la crisis se acentúe en forma exponencial.
En el caso que apuntamos observamos cómo, al tratar de defenderse (legítimamente) de la crisis provocada por el gobierno, la gente -con su actuar- profundiza dicha crisis, pero como las crisis no son perpetuas, la espiral critica crecerá hasta el punto en el cual la crisis estalla políticamente y el gobierno cae desplomado por efecto de su propia crisis, alimentada y repotenciada por la sociedad civil atacada. De este modo, se advierte como las crisis económicas pueden ser analizadas desde dos puntos de vista que, resumidamente, podemos clasificar como el efecto que podemos llamar provocador (del gobierno) y el efecto que podríamos denominar de respuesta defensiva (de la gente, es decir los gobernados).
Naturalmente, en el ínterin ambos grupos se culpan recíprocamente de la crisis, pero si recordamos lo estudiado en la bibliografía sobre la primera causa de toda crisis, resulta indudable que la razón asiste a la gente agredida y no al gobierno agresor.



[1] Al respecto, véase la bibliografía recomendada en http://libros-gb.blogspot.com/

[2] Véase nuevamente la bibliografía de la nota anterior.

1 comentario:

Gabriel S. Boragina dijo...

El presente artículo es un fragmento muy resumido y muy reducido del mismo titulo contenido en el libro *Breve introducción al estudio de la economía* que podrán encontrar aquí : http://libros-gb.blogspot.com/
Muchas gracias.